Emily – Escritura en Veinte Minutos

Katherine Ariza es la guionista del cómic «Bájele a la Calentura» del que tendrás más información por aquí. Ella nos comparte su ejercicio de Escritura en Veinte Minutos del que ha surgido su relato corto «Emily», un buen ejemplo de su capacidad para crear personajes sencillos con gran carga emocional.

El objetivo del ejercicio de Escritura en Veinte Minutos, similar al del Reto Cómic 24 Horas, es poner al límite las capacidades de los escritores limitando considerablemente su tiempo de ejecución.

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Emily, tenía cabello de color azul, único en su pueblo, era tan largo que llegaba al piso. Cuando Emily caminaba por las calles todos las miraban hasta perderla de vista. Ella salía a jugar todas las noches con Juan, un amigo de su vecindario. Jugaban a saltar lazo, a las escondidas y a la pelota, pero lo que más les gustaba hacer era mirar al cielo, ver las estrellas y pedir un deseo a la luna. Emily y Juan a veces lograban ver a la luna porque en su pueblo no salía todos los días, pero cuando la luna aparecía ellos solían cerrar los ojos y pedir un deseo. Emily deseaba siempre que el color de su cabello fuera oscuro, como el de las otras niñas y así poder jugar con ellas y comprar muñecas que se parecieran a su color de cabello. Y Juan deseaba ser más alto, como los de niños de su edad.

Un día de esas noches, Juan y Emily estaban tan emocionado por terminar las clases del año que decidieron irse a otro lugar a jugar y a buscar la luna, tenerla más cerca y pedir sus deseos. Creían que si lograban verla grande se cumplirían sus sueños. Esa vez, caminaron toda la noche hasta encontrar la luna redonda, llena, grande e iluminada. Al verla estaban muy felices, tanto que olvidaron

Pedir sus deseos. Y se sentaron juntos a contemplarla hasta que por fin desapareció. Durmieron un rato para empezar su camino de vuelta a casa. Al despertar Emily tenía en cabello como lo deseo, oscuro. Y Juan estaba un poco más alto, así como lo deseo.

Emily estaba feliz por su cabello y Juan por alta estatura. Pero en el camino de regreso se dieron cuenta que todas las niñas eran de cabello azul y los niños eran más bajos. Seguían siendo extraños en su pueblo. Desde entonces Emily y Juan buscan a la luna todas las noches.