Fernando Botero (1932 – 2023): de formas exuberantes y mensajes poderosos

 

El mundo dice adiós al último gran artista latinoamericano del Siglo XX.

 

Si hay algo que definió la vida y obra del Maestro Fernando Botero es la terquedad. Fue terco desde el principio, desde su nacimiento, un 17 de abril de 1932 en Medellín, Colombia; desde sus cuatro años cuando su padre fallece de un ataque cardiaco y queda bajo el cuidado de su madre, una mujer de escasos recursos quien mantuvo a su familia gracias a la costura. La emocionante historia del pintor colombiano cuyo trabajo dejaría una huella indeleble en el mundo del arte apenas comenzaba y ni él mismo tendría idea del alcance de su terquedad.

 

El empinado camino del arte

Desde su juventud Botero decidió abrazar su pasión por el arte. Si hoy día se afirma que vivir del arte es morir de hambre, a principios del Siglo XX el escenario era todavía peor. Nacer en Colombia, en una familia pobre, en una ciudad tan tradicional como Medellín, para dedicarse por completo al arte era una idea que cualquiera descartaría por mero sentido común. Botero fue todo menos cualquiera, Botero mandó al sentido común por la ventana, abrazó su terquedad, lo hizo porque despreciar lo que lo hacía feliz sería darle la razón a un mundo conformista, sus trazos serían su nuevo lenguaje y procuró rodearse de personas que hablaran ese mismo idioma. Su formación artística fue enteramente autodidacta.

Con apenas 19 años viajó a Bogotá, donde presentó su primera exposición individual de acuarelas, gouaches, tintas y óleos en la Galería Leo Matiz (Fernández, 2023). Con lo recaudado, junto con sus ahorros producto de su trabajo como ilustrador para el periódico El Colombiano, viajó a la ciudad de Tolú, en el departamento de Sucre. En Tolú vivió por nueve meses, se costeó su estadía pintando un mural, y adicional sus obras reflejan la cotidianidad de sus habitantes. De este conjunto de pinturas nace la obra «Frente al mar» que consiguió el segundo puesto en el IX Concurso Nacional de Artistas y una importante suma de dinero.

Frente al mar (1952), óleo sobre tela
Fuente: twitter.com/Banrepcultural

El viaje terco de su vida ahora tenía músculo económico. Con el dinero se embarcó rumbo a Europa. A sus veinte años se inscribió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, España. Para sostener sus gastos Botero realizó copias de las obras de Goya o Velásquez, las cuales vendía a los turistas que visitaban el Museo del Prado.

Varias veces Fernando Botero manifestó que copiar las obras de los grandes maestros fue clave en su formación como artista, le ayudó a comprender las formas, la iluminación, la expresión, pero por sobre todas las cosas, los volúmenes. En 1953 Botero viajó a Florencia, Italia, donde se inscribió en la Academia San Marcos. Allí encontró en el arte renacentista las destrezas que terminarían por definir la suya propia. Las obras de Piero della Francesca, Tiziano y Paolo Uccello, siendo el trabajo de este último quien le mostraría el camino del volumen, el uso del espacio, la tridimensionalidad.

El Maestro Botero frente a su díptico de Piero Della Francesca en el Museo Nacional de China. (Pekin, China)
Fuente: elconfidencial.com

 

El boterismo, una corriente única

Fernando Botero es conocido por crear su propia corriente artística llamada «boterismo», un estilo que se caracteriza por representar figuras humanas y objetos en proporciones exageradamente voluminosas dotándolas de una sensación de monumentalidad y opulencia. Aun se discute entre los círculos del arte si el boterismo se puede considerar como una corriente artística, algunos afirman que en realidad se trata de arte figurativo. El boterismo se considera la única corriente artística creada por un latinoamericano durante el Siglo XX, creando algo completamente nuevo y original que lleva su nombre.

Lo que realmente destacó de Fernando Botero fue su dedicación al arte. A pesar de haber alcanzado el reconocimiento mundial, Botero continuó trabajando duro en su taller particular hasta el último día de su vida, dedicando hasta ocho horas diarias a pintar, lo que demuestra que para él su trabajo estaba muy por encima de la riqueza o la fama.

Mandolina sobre silla (1957), óleo sobre tela.
Fuente: i.pinimg.com

 

Retrato de la realidad colombiana

Uno de los aspectos más poderosos del arte de Botero es su capacidad para retratar la realidad colombiana. A lo largo de su carrera, ha creado obras que exploran temas importantes y a menudo controvertidos, como la violencia y el sufrimiento que han afectado a su país. A través de su arte, Botero ha llevado estos problemas a la atención del mundo y ha abierto conversaciones importantes sobre ellos.

Debido a ello, Botero sufrió la persecución y crítica de sectores de la sociedad que no estaban de acuerdo con su representación de la realidad colombiana, llegando al extremo de recibir amenazas de muerte y obligándole al exilio por algunos años. A pesar de todo jamás abandonó su misión de compartir su visión a través del arte, sintió la responsabilidad de exponer los flagelos de su tierra, el sentir de sus gentes, el cinismo de sus dirigentes.

Masacre en Colombia (2000), óleo sobre tela
Fuente: eltiempo.com

 

Obras y filosofía

Para comprender mejor el impacto del maestro Botero en el mundo del arte, revisemos algunas de sus obras más icónicas. A través de sus pinturas y esculturas veremos cómo abordó temas profundos y cómo su estilo único le permitió comunicar mensajes poderosos y muchas veces incómodos.

La Muerte de Pablo Escobar

En esta pareja de obras, Botero aborda un tema extremadamente controvertido: la muerte del narcotraficante colombiano Pablo Escobar. En lugar de glorificar la violencia, Botero muestra a Escobar caído en el techo de una casa tal y como sucedió en la realidad, despojando su imagen de todo poder y glorificación. Esta pintura es un recordatorio de las consecuencias de la vida criminal y la violencia en Colombia, cosa que a los sectores más conservadores no gustó mucho, afirmando que las pintó con el único fin de lucrarse con la muerte del delincuente, mientras que otros la interpretaron como una manera de llamar la atención sobre la violencia y el narcotráfico en Colombia.

La muerte de Pablo Escobar (1999), óleo sobre tela
Fuente: infobae.com
Pablo Escobar muerto (2006), óleo sobre tela
Fuente: infobae.com

La Familia Presidencial

Aprovechando las ventajas de su estilo único, Botero hace una caricatura descarnada sobre el poder en Colombia: El presidente, su familia compuesta por su esposa, su hija y la abuela; y sus subalternos representados como un general y un obispo (en aquel entonces la iglesia tenía mucha injerencia en las decisiones de estado). Los personajes lucen distantes al observador, nosotros podemos verlos, pero somos invisibles a sus ojos, las figuras voluminosas hablan de derroche y soberbia, de riqueza y clasismo; los colores apagados refuerzan la idea de deshumanización, lucen ajenos a la cotidianidad del país que gobiernan.

La familia presidencial (1967), óleo sobre tela
Fuente: infobae.com

La Violencia

A lo largo de toda su vida, Botero sintió la responsabilidad de usar el arte como una tribuna de denuncia, por ello uno de sus temas más frecuentes fue la violencia, en un inicio centrada en los hechos lamentables y absurdos que se sufren en Colombia, pero luego abordando situaciones más allá de las fronteras nacionales, quizás los más recordados son los cuadros sobre Abu Ghraib, en la que denunció los abusos y torturas que sufrieron los prisioneros iraquíes a manos de soldados de Estados Unidos, en la Guerra del Golfo Pérsico. (Hernández, 2022). Botero donó 60 obras al Banco de la República donde se plasma su afán por dejar registro de estos dramas humanos, también dijo «Con estos proyectos me uno más a Colombia de lo que había estado. Estoy ciento por ciento, con el corazón y la cabeza, en Colombia, todo el tiempo».

De izq. a der.: Torturas de Abu Ghraib (2005), óleo sobre tela; Matanza de inocentes (1999), óleo sobre tela; y Manuel Marulanda (1999), óleo sobre tela
Fuente: publico.es

Mona Lisa a los doce años

Botero también jugó con el humor en sus obras, sabía el impacto que sus figuras volumétricas y absurdas causan en quienes las aprecian, son grotescas por romper la norma, pero también son cautivadoras. Fue un riesgo enorme el que tomó al pintar su versión de «La Mona Lisa»: coqueta, robusta, infantil. Varios colegas y expertos en arte calificaron sus trazos como un atrevimiento y un irrespeto a una de las pinturas más famosas de la historia, pero con el pasar del tiempo y los cambios sociales, políticos y culturales, su Mona Lisa ha ganado positivos y el cariño de la gente que en su propuesta encuentra un bello homenaje.

Mona Lisa a los doce años (1977), óleo sobre tela
Fuente: cdn.shopify.com

Esculturas públicas

Además de pinturas, Botero es famoso por sus esculturas públicas. Sus esculturas monumentales se han instalado en ciudades de todo el mundo, desde Nueva York hasta París y Medellín. Sus figuras hinchadas se destacan en paisajes urbanos, invitando a la reflexión y el debate sobre la belleza y la forma, el poder, la grandeza y el impacto a través de formas anormativas.

El Gato (1987), escultura en bronce. (Barcelona, España)
Fuente: metropoliabierta.elespanol.com
Mujer con Cigarrillo (1987), escultura en bronce. (Hong Kong, China)
Fuente: rcnradio.com

Sus esculturas han sido tanto elogiadas como vandalizadas, incluso sufriendo atentados, siendo el más trágico y recordado el de «El Pájaro» sucedido en 1995 en el Parque San Antonio en Medellín.

El Maestro Botero creó una nueva versión de El Pájaro ahora rebautizado como «La Paloma de la Paz», pero no para reemplazar al ya destruido, sino para que le hiciera compañía al ahora conocido como «El Pájaro Herido» cuyas partes fueron reacomodadas, no restauradas. En palabras del Maestro Botero lo decidió así para mantener un «monumento a la imbecilidad y la criminalidad del país».

El Pájaro Herido y la Paloma de la Paz (1995), esculturas en bronce
Fuente: elcolombiano.com

En 2016, una réplica de 70 cm. hecha en bronce fue donada al gobierno con motivo de los Acuerdos de Paz. El entonces presidente Juan Manuel Santos, dijo que «La Paloma de la Paz tendría para siempre su lugar en la Casa de Nariño»; sin embargo un año y diez meses después fue retirada hacia el Museo Nacional sin mayores explicaciones, se presume que por orden de Ivan Duque. En el 2022, y de nuevo por orden del recién posesionado Gustavo Petro, la escultura regresó a la Casa de Nariño.

En 2023, durante las marchas de un sector de la derecha colombiana en contra de las reformas del presidente Petro, una réplica, justamente de esta misma escultura, fue vandalizada por los marchantes. Sin duda, la escultura de La Paloma de la Paz y su fuerte simbolismo la hace la pieza de arte más importante y a la vez la más polémica del maestro Botero.

Fuente: elopinadero.com.co

 

Maestro eterno

El maestro botero nos dejó el pasado 15 de septiembre de 2023, su obra le sobrevivirá como una fuente inagotable de inspiración. Nos recuerda que el arte puede ser una herramienta poderosa para expresar nuestra visión única del mundo y provocar conversaciones significativas. Su compromiso inquebrantable con su oficio y su valentía para enfrentar la adversidad son lecciones que todos podemos aplicar en nuestras vidas.

A pesar de las dificultades y la persecución que enfrentó, Botero nunca se rindió. Siguió pintando, esculpiendo y compartiendo su visión con el mundo. Nos enseñó que, a través de la creatividad y la determinación, podemos superar cualquier obstáculo e incluso dejar una huella imborrable en la historia.

Te invito a explorar con terquedad tus propias capacidades, a perseverar en la búsqueda de sus pasiones y a utilizar tus talentos para transmitir mensajes poderosos. Al igual que el maestro Botero, tú también puedes hacer del mundo un lugar más hermoso y significativo. ¡El mundo del arte es un lugar seguro para todos!

Caricatura del artista Quino que referencia la obra de Botero (1989)
Fuente: twitter.com/DailyQuino

 


Referencias: